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martes, junio 16, 2015

El medio es el mensaje!!! ... Quien mece la cuna?

Toda la tecnología tiende a crear un nuevo entorno humano... Los entornos tecnológicos no son meramente pasivos recipientes de personas, son procesos activos que reconfiguran a las personas y otras tecnologías similares.
Herbert Marshall Mcluhan

La administración, dominio y control de la técnica, la tecnología y la información, han signado la entrada de la humanidad a la segunda decena de siglos de la “Era Cristiana”.  Los siglos XX y XXI, brindaron al ser humano tecnologías como la electricidad y la atómica… y a través de ellas en conjunción con el avance industrial y tecnológico, un manejo “optimizado” de la información y el conocimiento.  La manipulación pacífica del átomo, no solo ha permitido el acceso a volúmenes considerables de energía, sino que ha potenciado la búsqueda y mejoras de la tecnología “moderna”…

Al hablar de la historia humana, es general-mente aceptado, identificar periodos de tiempo con materiales o técnicas que sobresalen en ellos;  es así como tenemos la era de bronce, carbón, industrial, etc, etc, etc…  indudable-mente la actual está signada por la electricidad y la información y su impacto en la toma de decisiones!!! Tal vez esta realidad sea la causante de la reflexión de McLuhan, que lo llevó a afirmar… 
 "En la era eléctrica nos vemos a nosotros mismos cada vez más traducidos en términos de información, dirigiéndonos hacia la extensión tecnológica de nuestra conciencia"
Herbert Marshall McLuhan, de origen Canadiense, fue un profesor de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación, con estudios inconclusos de ingeniería, amplia-mente reconocido como estudioso de los medios, y un visionario de la presente y futura sociedad de la información.  McLuhan entiende a la sociedad de la información, como la sucesora de la sociedad industrial, producto de la aplicación de un conjunto de tecnologías que facilitan y viabilizan la creación, administración y control de la información.

Haciendo uso de una observación aguda y la especulación pura y simple, el pensamiento de McLuhan, nos describe la historia de las civilizaciones conforme a la evolución de los medios y técnicas de la comunicación, fundamentado en una tipología binaria, articula tres grandes fases históricas;  a saber, Culturas Tribales, Galaxia Gutenberg y Edad Eléctrica (Aldea Global)…  Es así como tenemos que, el transitar de la sociedad en el tiempo se debe a las tecnologías, quienes crean un nuevo medio ambiente o “galaxia”, un concepto nada estático, más bien define a una rutina activa, capaz de generar un nuevo hombre y otras tecnologías;  este proceso es reiterativo cual fractal y es la causa de la realidad que vivimos en la actualidad.


El culmen filosófico de lo planteado por McLuhan en su teoría, nos permite interpretar, en estrecha relación con el pensamiento del filósofo francés Tehilard de Chardin y su Noosfera, el funcionamiento de la Sociedad de la información y el conocimiento, habitante de la Aldea Global.  A nivel paleontológico, la humanidad ha entrado en una etapa evolutiva, donde los sistemas informativos se han convertido en una nueva neocorteza cerebral colectiva que mueve al planeta.  La Tierra Inteligente, responsable de la dinámica y fuerza del planeta, no es otra que la neocorteza cerebral, y está constituida por los medios electrónicos articulados en la nueva energía psicofísica, producto de la interacción y cohesión planetaria de la conciencia humana.

Todo lo anterior, es resumido por McLuhan en la siguiente reflexión…
"La velocidad eléctrica tiende a abolir el tiempo y el espacio de la conciencia humana. No existe demora entre el efecto de un acontecimiento y el siguiente. Las extensiones eléctricas de nuestro sistema nervioso crean un campo unificado de estructuras orgánicamente interrelacionadas que nosotros llamarnos la actual Era de la Información".
Curiosa-mente, las conclusiones de Chardín y McLuhan, ratifican el principio cuántico de la observación, es de esperar que ocurra lo mismo con ustedes lectores… ambos observan que lejos de aislarse como ermitaños, la humanidad confluye en una unión de pensamientos..., mentes…, cerebros…, impulsos eléctricos…, solo que cada uno a través del “cristal” de sus propios paradigmas.  Mientras Chardín otorga una visión más espiritual, McLuhan nos devela un ángulo más terrenal, tecnológico, eléctrico, de esa supra estructura en la cual converge el accionar y desempeño de la sociedad.


 Lo que denominamos energía, no es más que la agrupación masiva, con orientación, sentido y poco diferenciada de unidades de información, mensajes discretos que podemos llamar “fotones”, incluso siendo un poco más arriesgados o audaces, no sería nada raro llegarlas a comparar o llamar “mónadas”, aquel concepto filosófico esgrimido por Leibniz.  La energía se desplaza empaquetada y debidamente cuantificada en unidades discretas.  El medio en el que fluye una energía determina el modo de comportarse y manifestarse esta energía; de hecho, este medio, es un modo más de comportamiento de la energía.

Hagamos el siguiente ejercicio y consideremos a una máquina como un traductor o incluso un catalizador, el funcionamiento de toda máquina nos genera la transmutación de una forma de energía, en otra distinta, incluso se da el caso que una máquina convierta un mensaje en otro, libere o propague la energía contenida en el mensaje.


En la Era de la Información, sin lugar a duda el medio es estratégico, el proceso de la comunicación, integrado por el emisor, el receptor, el medio y el mensaje, si bien en cierto es interdependiente entre sus componentes, no es menos cierto que mayoritariamente su éxito descansa en lo adecuado y oportuno del medio, como facilitador o catalizador de la existencia de la comunicación misma;  el avance tecnológico, ha generado un solapamiento de estos componentes,  llegando el medio a ser el mensaje en sí mismo y viceversa…

Los avances tecnológicos de la Era de la Información, representados por la radio, la televisión, el internet y los satélites, afectan y modifican la imagen individual y colectiva de la sociedad constante-mente.  Los  cambios sociales y culturales han sido impulsados por el medio en sí, más que por el contenido informativo del mensaje, llegando a moldear sociedades;  es así como tenemos que hasta la aparición de la escritura, la humanidad existía en un Universo Acústico, el medio escrito modificó la compresión, esta pasó a depender del ojo, en lugar del oído, modificando de esta forma nuestra percepción sensorial, nuestra manera de pensar y de actuar…


Estos nuevos medios, traen consigo, en la práctica, acceso a información infinita e instantánea, la instantánea cobertura global, que define a la Aldea Global, en la cual habitamos.  A los ojos de McLuhan, en dicha globalización, tales medios no son puentes entre el hombre y la naturaleza, sino la naturaleza misma, por cuanto son prolongaciones de nuestros sentidos.  Ellos han provocado una nueva forma de informar y estar informados, mientras la televisión ha combinado la imagen del cine con la masividad de la radio, el internet nos brinda la hiperconectividad.  La exposición a esta realidad, como habitantes de la Aldea Global, por una parte nos caracteriza como la cultura del “Yaísmo”, o la Edad de la Ansiedad, donde tal hipercomunicación nos recorta o minimiza los tiempos y el espacio…;  y por otra, provoca cambios en nuestra capacidad para concentrarnos y reflexionar, nos embota, incluso nos atonta!!!  Nuestra vida transcurre sometida a un constante y continuo intercambio de información y acceso a los servicios que el medio ofrece, alejándonos, pese a las bondades de la interconexión virtual, de las realidades que existen fuera de ese mundo virtual…

El freudianismo de McLuhan, afirma en su Teoría de la Comunicación Social que la literatura es más que un arte, es un método específico para organizar la percepción… eleva el folklore de la información a niveles comparables con la ciencia, la literatura y el arte.  Fruto de su sensibilidad literaria, es capaz de identificar a la humanidad sumergida en una actualidad atroz dada su incapacidad de interpretar acertadamente los mensajes, en virtud de la perdida social de la capacidad de analizar de manera abstracta, objetiva y detenida el mensaje,  de esta manera, producto de la subjetividad, el mensaje transmitido a través del medio, comienza a camuflarse, mutar o transformase y codificarse en diferentes maneras.


La televisión y sus contenidos, han marcado a toda una generación, afectando y definiendo el ambiente y la realidad que experimentamos… su existencia como medio relevante y dominante, influyendo consciente o inconscientemente en el modo de pensar y actuar de los miembros de la sociedad, fomentando incluso el surgimiento de monopolios y sectas de conocimiento, tecnológicamente determinadas!!! 

El pensamiento de Herbert Marshall McLuhan, es estudiado como básico en toda carrera que estudie la comunicación;  sin embargo, general-mente, es tratado de manera superficial, pues muchos suponen que sus textos están escritos en un lenguaje hermético y llenos de figuras retóricas.  Ya lo dijo en su momento C. J. Jung, “Pensar es difícil, es por eso que la mayoría de la gente prefiere juzgar

La filosofía de McLuhan, nos devela a la televisión como uno de los inventos que más ha influido en la historia de la humanidad.  Es un artefacto que construye un mundo virtual muy especial, donde la fuerza de las imágenes, reciben a menudo un status de realidad superior a la realidad misma;  gracias a una tecnología de implantación de imágenes en el sistema nervioso central, directamente en la subjetividad de millones de personas.


La TV es el Mass Media por excelencia, básica-mente porque es mucho menor el esfuerzo de ver que el de leer.  El poder que ejerce sobre la mente humana, es similar al control que se experimenta durante una hipnosis, y los avances tecnológicos que TV experimenta, están dirigidos a favorecer y mejorar el control del medio/mensaje sobre los espectadores…  Si bien es cierto que la humanidad no es más tonta desde que existe la TV, si es más manipulable, y lo peor de todo es que la gran mayoría no se da cuenta de ello.  La cultura audiovisual, altera la relación entre entender y ver, manipulando y dificultando así la comprensión del mundo, disminuyendo la capacidad de abstracción, y la toma de decisiones sobre la realidad.

La imprenta, la radio, el cine, la televisión, en realidad alteran nuestros órganos de percepción sin que lo sepamos… gracias a ellos, la publicidad, una forma de comunicación, es la mayor forma de arte de la segunda decena de siglos, de la era cristiana.  Básica-mente, la publicada tiene dos objetivos;  el primero, informar al receptor del mensaje, y el segundo, inclinar la balanza motivacional del receptor hacia un producto determinado.  Podríamos afirmar que la publicidad reposa u opera sobre las necesidades de un individuo, comunidad o sociedad, persuadiendo sus motivaciones, para lograr la aceptación del producto.

El desarrollo y evolución de la publicidad, ha ido de la mano del experimentado por los medios de comunicación, quienes son el soporte fundamental de su existencia, por cuanto difunden sus mensajes.  Esta simbiosis pareciera generar una dependencia de los medios de comunicación hacia la publicidad, convirtiéndola en un elemento condicional en su estructura, contenido, orientación y filosofía. Dos temas guardan estrecha relación con la publicidad, estos son, la promoción y la propaganda.  La promoción define a todo acto o campaña, a través de medios masivos, destinada a generar una percepción favorable ya sea de personas, organismos, servicios o productos, mediante la persuasión, transformando el interés público respecto al sujeto de promoción.  Por otra parte, la propaganda, busca obtener adeptos hacia ideas o creencias religiosas, políticas, culturales o económicas, mediante la persuasión, al influir en la opinión y conducta de las personas sin que sientan la necesidad de cuestionar las razones para hacerlo.

Así como las empresas usan la publicidad para vender productos, muchos líderes políticos la usan para ganar la simpatía de los votantes.  Esto fue lo que, aplicando las convicciones de su tío Freud, dedujo Edward Bernays, convencido de que las personas se comportarían de manera irracional si se enlazaban los productos, incluyendo candidatos políticos, con sus emociones, necesidades y deseos.  Tanto la compra de un producto, como la elección de un candidato, no debería ser producto de motivos racionales, sino de emociones inconscientes.  La publicidad, promoción y propaganda, proporcionan al liderazgo político un mecanismo para “moldear el pensamiento de las masas” encausando así su fuerza en la dirección deseada.

En su crónica “Propaganda”, Bernays, llamado el padre de la manipulación mediática, nos narra, como fundamentado en los estudios y teorías de Freud, disfrazó, mediante técnicas de persuasión de masas y psicología de la multitud, agendas en el inconsciente humano, para crear ilusiones, engaños y distorsiones, con fines de marketing, al crear una percepción pública sobre cierta idea o producto;  a esta práctica la denominó Relaciones Públicas. 

A los fines de comprender mejor el trabajo de Bernays, a continuación les dejamos un párrafo de su libro “Propaganda”:

“Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder que gobierna nuestra país. Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas mayormente por hombres de los que nunca hemos oído hablar. Esto es un resultado lógico de la manera en que está organizada nuestra sociedad democrática. Grandes números de seres humanos deben cooperar de esta forma si quieren vivir juntos como una sociedad que funcione con fluidez. En casi cualquier acto de nuestras vidas, sea en la esfera de la política o de los negocios, o en nuestra conducta social o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que controlan la opinión pública”.
Ante esta realidad, podemos inferir entonces, que gran parte de aquello que denominamos sabiduría popular, es producto de un proceso de “programación o implantación” en el subconsciente colectivo mediante un influjo científica-mente diseñado de publicidad, relaciones públicas, mensajes y medios… 


El denominado Gobierno Invisible, los que manda, tiene como fundamento de su accionar que la humanidad evoluciona sobre la base de una información binaria y emocional;  este universo es bi-polar y dominado por las emociones!!!  En toda comunicación, el receptor interpreta los mensajes recibidos a la luz de su educación y su necesidad psicológica, sus paradigmas…  Pese a todo esto, el proceso de elección sigue siendo libre, basado en el libre albedrío, solo que, única-mente aquellos que acometan una autoeducación cognitiva, resistirán la tentación de asumir lo simple, binario y emocional.

El filósofo alemán Friedrich Nietzsche, nos describe un ser humano incapaz de mirarse al espejo de la realidad, este es un asunto del superhombre, no de las masas.  Desde que somos bebés, estamos sometidos a una gran cantidad de mensajes, basados en premisas duales y emocionales.  En la sociedad, vende la simplicidad y las emociones, puesto que estamos educados en eso y por ende nuestra mente tiende a ello.  Esta dinámica, además de ser útil para vender, es alta-mente eficiente para adormecer a las personas.  Vivimos inmersos en una estrategia de dominio por parte del emisor y una complicidad implícita en el receptor, quien está programado para actuar de esta manera;  todo ello es muy conveniente para los que manda.

Todo parece indicar que… El mundo está gobernado por personas muy diferentes de lo que se imaginan aquellos que no están tras las sombras y entre bastidores!!!
"En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario. "
 George Orwell